Nuevamente nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve forzada a dejar constancias ante el país y el mundo de los crímenes con que el Estado colombiano trata de destruirnos. fotografía: Documental Amarillo. Ya son muy numerosos nuestros clamores durante estos 15 años de existencia y de horror. Hemos reclamado a los jefes de Estado que respeten la Constitución y las leyes que han jurado defender; que respeten la más elemental dignidad humana. Pero todo ha sido en vano. Hemos acudido a la comunidad internacional, pero la diplomacia ahoga muchas veces los principios éticos. Sólo comunidades y personas por el mundo, que aún viven la solidaridad humana, nos acompañan moralmente y reclaman con nosotros sin descanso. Si pedimos al Estado respeto por nuestra dignidad y por nuestros derechos, nos manda huestes paramilitares que nos rodeen día y noche con amenazas de muerte y exterminio. Si pedimos justicia, nos regala impunidad a granel. Va siempre en contravía de nu